Vivimos
aquí, ahora - es decir, que nos encontramos en un lugar del mundo y
nos parece que hemos venido a este lugar libérrimamente. La vida, en
efecto, deja un margen de posibilidades dentro del mundo, pero no
somos libres para estar o no en este mundo que es el de ahora. Cabe
renunciar a la vida, pero si se vive no cabe elegir el mundo en que
se vive…
Nuestra
vida empieza por ser la perpetua sorpresa de existir, sin nuestra
anuencia previa, náufragos, en un orbe impremeditado. No nos hemos
dado a nosotros la vida, sino que nos la encontramos justamente al
encontrarnos con nosotros. Un símil esclarecedor fuera el de alguien
que, dormido, es llevado a los bastidores de un teatro y allí, de un
empujón que le despierta, es lanzado a las baterías, delante del
público. Al hallarse allí, ¿qué es lo que halla ese personaje?
Pues se halla sumido en una situación difícil sin saber cómo ni
por qué, en una peripecia: la situación difícil consiste en
resolver de algún modo decoroso aquella exposición ante el público,
que él no ha buscado ni preparado ni previsto…
La
vida nos es dada - mejor dicho, nos es arrojada o somos arrojados a
ella, pero eso que nos es dado, la vida, es un problema que
necesitamos resolver nosotros…
Por
lo mismo que es en todo instante un problema, grande o pequeño, que
hemos de resolver sin que quepa transferir la solución a otro ser,
quiere decirse que no es nunca un problema resuelto, sino que, en
todo instante, nos sentimos como forzados a elegir entre varias
posibilidades. (Si no nos es dado escoger el mundo en que va a
deslizarse nuestra vida -y ésta es su dimensión de fatalidad nos
encontramos con un cierto margen, con un horizonte vital de
posibilidades -y ésta es su dimensión de libertad; vida es, pues,
la libertad en la fatalidad y la fatalidad en la libertad.) ¿No es
esto sorprendente? Hemos sido arrojados en nuestra vida y, a la vez,
eso en que hemos sido arrojados tenemos que hacerlo por nuestra
cuenta, por decirlo así, fabricarlo. 0 dicho de otro modo: nuestra
vida es nuestro ser. Somos lo que ella sea y nada más -pero ese ser
no está predeterminado, resuelto de antemano, sino que necesitamos
decidirlo nosotros, tenemos que decidir lo que vamos a ser…
Si
nuestra vida cosiste en decidir lo que vamos a ser, quiere decirse
que en la raíz misma de nuestra vida hay un atributo temporal:
decidir lo que vamos a ser -por tanto, el futuro…No es el presente
o el pasado lo primero que vivimos, no; la vida es una actividad que
se ejecuta hacia adelante, y el presente o el pasado se descubre
después, en relación con ese futuro.
¿Qué
es filosofía? José Ortega y Gasset ( 1883-1955 )
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