jueves, 14 de febrero de 2019

TEORÍA DE NIETZSCHE


Desde Descartes se identifica sujeto y conciencia, pero el sujeto es vida. La tarea de Nietzsche será resaltar la prioridad de la vida sobre la conciencia.
La filosofía de Nietzsche está presidida por una profunda actitud crítica contra los fundamentos de la cultura occidental:
1.Crítica a la metafísica tradicional:
¿En qué consiste la metafísica tradicional? La metafísica tradicional divide la realidad en un mundo real y verdadero, inmutable, trascendente, captado por la razón y un mundo aparente, ilusorio, falso, cambiante, físico y captado engañosamente por los sentidos. Esto lo inicia Sócrates, Platón y Eurípides. ¿Y por qué se produce este dualismo ontológico platónico? Nietzsche va a realizar una genealogía de la división realidad/apariencia:
La razón opera con categorías inmutables, los conceptos, no pudiendo acceder a la realidad sensible mudable, infravalorándola como imperfecta y dependiente. La conciencia o pensamiento trata de fijar el movimiento real de las cosas, sustituyéndolo por una representación: el concepto. Pero toda representación es falsa por ser mera representación, por lo que la no-vida sustituye a la vida. Este mundo suprasensible de los conceptos (géneros y especies) es una ficción creada como negación del mundo sensible (única realidad). Más aún, recurrir al mundo suprasensible es una reacción o venganza contra la vida (cambio, lucha de opuestos, contradicción) propia de espíritus ruines, resentidos contra la vida, incapaces de asumir su destino trágico, con el objetivo de salvarse.
Para Nietzsche la realidad es la vida, la vida en sentido biológico, no biográfico, la vida que vive en nosotros, que lucha por expandirse. La vida que es cambiante, regulada por la lucha de elementos contrarios y abocada a una repetición infinita (eterno retorno) que dota a todo acontecimiento de sentido.
2.Crítica al conocimiento y al lenguaje:
a) Crítica al conocimiento: El concepto no sirve para conocer la realidad. El concepto representa la esencia, inmutable e idéntica a sí misma. Pero la realidad es cambio, pluralidad, particularidad, concreción. El concepto es un modo impropio de captar la realidad, de referirse a ella, es decir, el concepto es una metáfora de la realidad (representación universal y abstracta de algo que es individual y concreto). La filosofía ha olvidado el sentido metafórico del concepto, encontrando en el concepto la esencia de las cosas, es decir, una realidad suprasensible. Se impone por tanto, según Nietzsche, una nueva concepción de la verdad: los juicios, al utilizar los conceptos, no sirven para expresar la verdad de lo real; la verdad ha de ser resultado de la intuición de lo real (captación inmediata e individual de lo real), por eso la verdad es cambiante y múltiple (características de la realidad).
b) Crítica al lenguaje: el lenguaje contribuye al engaño metafísico. Dada la relación pensamiento-lenguaje, falsificado el valor del concepto, se falsifica el valor de la palabra que lo expresa. Este papel nocivo lo desempeña el lenguaje de tres modos:
-la estructura sujeto-predicado favorece una interpretación sustancialista de la realidad (sujeto/predicado, yo/acciones, cosa/propiedades, sustancia/accidentes, realidad/apariencia…)
-las frases con el verbo ser favorecen la creencia en entidades dotadas de rasgos comunes (sustancias).
-al referirnos con las mismas palabras a distintas realidades suponemos que existen esencias universales comunes a todas esas realidades.
Frente a lo anterior es necesaria una nueva concepción del lenguaje: hay que recuperar el sentido de la palabra. Frente al lenguaje de la razón (del concepto) Nietzsche propone el lenguaje de la imaginación, lenguaje basado en la metáfora, la alusión, la ironía…Este lenguaje respeta la pluriformidad y cambio de la realidad; es el lenguaje del arte, expresión de la libertad de la voluntad.
3. Crítica a la ciencia moderna:
-La ciencia cree, como la metafísica, en verdades únicas y trata el devenir como apariencia.
- La matematización de lo real anula las diferencias cualitativas de las cosas.
- Además, la ciencia no puede orientar al hombre y está al servicio de intereses creados.
4. Crítica de la moral:
- La moral platónico-cristiana es antinatural: supone una lucha contra los instintos vitales a favor de una ilusión: un orden moral del mundo que es “guía absoluta” del ser humano.
- Genealogía de la moral platónico-cristiana: ese orden moral (moral de esclavos o moral de rebaño) es una ilusión generada por el resentimiento contra la vida de los débiles, incapaces de asumir el rigor de la vida.
-Se propone: nueva valoración o “transmutación de los valores”: es bueno lo que afirma la vida (moral de señores).
4. Estos fundamentos de la cultura occidental están caracterizados por un rasgo: el nihilismo:
- Actitud filosófica decadente que niega todo valor a la existencia (la vida) haciéndola girar en torno a algo inexistente. La esencia de la cultura occidental iniciada por Sócrates y Platón es nihilista por su dualismo ontológico ( Mundo Verdadero, Objetivo, Bueno, Eterno, Racional, Inmutable frente a la vida) y su popularización por el Cristianismo (el mundo inteligible/mundo sensible platónico se convierte en el mundo divino/mundo terrenal). En Así habló Zaratustra, Nietzsche representa este modo con la figura del camello –aceptación resignada de cargas-.
- En la Edad Moderna, con el Empirismo y la Ilustración, se prepara la “muerte de Dios”, la cual se constata en la Edad Contemporánea. Es un momento de crisis: aquello que había servido de orientación a toda la cultura, pero que era invención, desaparece y el hombre se encuentra desorientado. Este momento se representa con la figura del león. Este momento crítico es necesario para el siguiente.
- Aparición de un hombre nuevo y de una nueva concepción de la vida, la que descansa en la comprensión de la voluntad de poder como la esencia de la realidad, de la vida.
5. La nueva filosofía.
5.1. La voluntad de poder:
- La voluntad es la esencia de la realidad: “ser es querer…(ser)”. Como fruto de la voluntad la realidad es cambiante, multiforme, no sometida a ninguna determinación  más que a la de su propio querer.
- El querer de la voluntad –el de todo lo real- es un querer libre. No se quiere esto o lo otro, quiere su querer.
- Es aceptar el elemento dionisíaco (metáfora de la voluntad de poder) de nuestra existencia: la vida en sus aspectos oscuros, instintivos, irracionales, biológicos.
- Es motor de la creación de nuevos valores. Puede ser reactiva –vida descendente o decadente- y activa –vida ascendente-. Sólo esta última es la verdadera voluntad de poder.
- Aceptándola aparecerá el superhombre, que supera al hombre débil o anti-vital.
5.2. El superhombre:
- El hombre –el “último hombre”- es el puente al superhombre, lo crea al matar a Dios.
- El superhombre es:
El hombre que, tras pasar por el nihilismo, asume de manera jovial la vida tal y como es, inocente.
Es un ser superior porque se guía por sí mismo –libre, autónomo-. Comprende sus propios instintos y los desarrolla en la voluntad de poder.
Asume la voluntad de poder creando nuevos valores –está obligado a crear nuevos valores, el superhombre crea constantemente su destino-. Crea una nueva moral que surge de la transmutación de los valores vigentes. Los viejos valores racionales y suprasensibles que oponían Bien y Mal como puntos de referencia objetivos (moral de rebaño o de esclavos) son sustituidos por valores vitales y sensibles (moral de señores): el superhombre defiende la desigualdad, jerarquía, cambio, ambición, placer, desprecio del  miedo, la fuerza…
El tiempo del superhombre es diferente al tiempo lineal entendido y vivido por la tradición occidental. El tiempo del superhombre es un continuo volver y retornar. Este “eterno retorno” significa la afirmación jovial de la vida.

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