domingo, 12 de marzo de 2017

PLATÓN

Contexto cultural y filosófico:
El texto que estamos comentando pertenece al diálogo República, quizás la obra más importante de Platón, autor griego (Atenas) que vivió en los siglos V – IV a.C. (427-347 a.C.), en el que todos los temas se articulan en torno al proyecto de una comunidad justa que pueda educar ciudadanos justos y, por tanto, felices.
Tras las Guerras Médicas de griegos contra persas (500-479 a. C.) Atenas alcanza el gran esplendor económico y político. A raíz de lo anterior, a mediados del siglo V a.C, también se convirtió en foco cultural. Un aspecto importante a destacar es el desarrollo de la democracia en Atenas que alcanza su apogeo en la época de Pericles (495-429 a. C.). No obstante, la vida de Platón coincide con el declive de esta democracia: en la guerra del Peloponeso (431 – 404 a.C.) se enfrentan la democrática Atenas y la aristocrática Esparta, imponiendo ésta la dictadura de los Treinta Tiranos en Atenas (404 a.C.), a la que sucedió la restauración de la democracia en el 403 a.C ; una democracia en la que a falta de líderes que consigan el consenso, la habilidad retórica marcará la toma de decisiones. Platón rechaza la tiranía por sus métodos sectarios y violentos. Rechaza la democracia por considerar que en ella valen lo mismo la ignorancia que la sabiduría, igualando a los ciudadanos. También porque en la democracia se produce la condena a muerte de Sócrates (399 a.C.), que iba a marcar la vida y obra de Platón.
En la época de Pericles (sV a.c) Atenas se convirtió en un foco cultural, destacando las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides y la comedia de Aristófanes (en Las nubes presenta a Sócrates como un sofista más, diferente al que nos presenta Platón) ; en la arquitectura, escultura y pintura destaca Fidias y en escultura Policleto, Mirón, Praxíteles. Tucídides y Heródoto sientan las bases de lo que serán en el futuro los estudios históricos.
Platón realizó viajes por Megara, Tarento y Siracusa, conociendo diferentes escuelas filosóficas e incluso intentó influir en la política de los reyes de Siracusa. Fundó la Academia en Atenas en el año 387 a.C., siendo uno de sus objetivos la educación de los futuros gobernantes de Atenas.
Centrándonos en el contexto filosófico señalamos que desde el siglo VI se desarrolla la filosofía como una forma de pensamiento que, alejándose de la mitología, intenta explicar las cosas desde la razón (logos), buscando su esencia común y permanente. Los primeros filósofos, llamados presocráticos, se ocupan principalmente del estudio de la naturaleza, averiguando el arjé, es decir, el principio o principios a partir de los cuales surge el universo (origen y causa) y en lo que consiste (sustrato). En el siglo V a.C. la investigación racional cambia de orientación, es el llamado giro antropológico de la filosofía, pasando las cuestiones sociales, morales y políticas a un primer plano, siendo la causa de esto el desarrollo de la democracia que supone nuevas necesidades educativas para los ciudadanos.Esta necesidad educativa la resolverán los sofistas, profesores que a cambio de una retribución económica enseñaban conocimientos generales acerca de física, geometría, leyes, música… y sobre todo el dominio del lenguaje para persuadir a los demás (oratoria –el arte de hablar con persuasión-, retórica –el arte de construir buenos discursos-  y erística –la técnica de discutir para  vencer al contrincante, diferente, como veremos, al diálogo socrático, que pretende la conciliación para buscar la verdad.). Es decir, enseñaban la virtud: vida exitosa que conduce a la felicidad. A este cambio en la reflexión filosófica pertenecen las disputas entre el relativismo sofista y el antirrelativismo socrático.  En este contexto filosófico se desarrolla la filosofía de Platón abordando distintos problemas:
- El problema del ser y el devenir, donde intenta superar la contraposición entre las teorías de Parménides (para el que el ser es único e inmutable) y Heráclito (con el que comparte que la realidad física se encuentra en continuo devenir) mediante la teoría de las ideas -el mundo sensible cambiante es real en cuanto que participa o imita al mundo inteligible inmutable, auténtica realidad-.
- El problema del conocimiento, donde Platón rechaza el relativismo y escepticismo de los sofistas, defendiendo que es posible un conocimiento verdadero de la realidad mediante las ideas únicas y universales, tomando de Parménides la distinción entre verdad y la opinión.
- El problema de la moral y la justicia en la polis, donde Platón rechaza el sistema democrático, el relativismo moral defendido por los sofistas y desarrolla sus teorías políticas expuestas en República.
Otras influencias en Platón proceden de los Pitagóricos (la importancia de las matemáticas y la transmigración del alma), de Anaxágoras (inteligencia ordenadora como precedente del Demiurgo), de los atomistas (materia caótica), aunque la mayor influencia procede de Sócrates: el método del diálogo o dialéctica, el conceptualismo o búsqueda de las definiciones esenciales que en Platón se convertirán en las Ideas y el intelectualismo moral que Platón acepta y además aplica a la política (gobierno de los sabios).
El núcleo principal de su obra es la Teoría de las Ideas, desde la que se va a ocupar de la realidad, el conocimiento, el ser humano, la ética y la política.
Entre sus obras destacamos la Apología de Sócrates y Protágoras de su juventud; Fedón y República de su época de madurez; y Timeo y las Las Leyes, de su época de vejez. Sus obras están escritas en forma de diálogo donde rivalizan Sócrates (el sabio) y algunos sofistas (alumnos - falsos sabios), y mediante la mayéutica y la dialéctica se descubre la verdad. A veces, Platón utiliza el mito y la alegoría para ilustrar sus ideas y teorías.
Para terminar hay que decir que Platón tiene una enorme influencia en toda la cultura occidental, en el cristianismo, en la filosofía racionalista – idealista, en las utopías renacentistas…

JUSTIFICACIÓN:
Platón considera que la ciencia (conocimiento universal y necesario), la ética y la política requieren de la existencia de algo verdadero, algo que no esté permanentemente cambiando. Sócrates le había enseñado que las cosas concretas sometidas a variación tienen una esencia universal, invariable y común a todos los entes de la misma especie, la cual expresa su auténtica realidad y su verdadero ser, esencia que aparece en la definición. Para Platón esas esencias no son inmanentes a las cosas como en Sócrates, sino que adquieren una realidad trascendente, al margen de las cosas, en el mundo inteligible. Así es como Platón desarrolla la teoría de las ideas.
Desde un punto de vista ontológico, la teoría de la ideas lleva a Platón a concebir la realidad desde un dualismo que distingue dos mundos:
a) MUNDO SENSIBLE: realidad captada por los sentidos (Apariencia): cosas múltiples, cambiantes y materiales. A él pertencen los objetos físicos y lás imágenes de esos objetos físicos (sombras y reflejos)
b) MUNDO INTELIGIBLE: realidad captada por la razón (Verdadera Realidad, lo realmente real). Las Ideas son únicas en sí, eternas, inmutables e inmateriales. Las ideas son los modelos o arquetipos a partir de los cuales un Demiurgo (el “artesano”, imagen mítica utilizada por Platón en el Timeo para explicar la capacidad agente de las Ideas -existen tres principios de la realidad: las Ideas inmutables, el “lugar” o materia desordenada, indiferenciada, que necesita recibir la estructura y el demiurgo que permite la acomodación de la materia con las Ideas-) construye el mundo sensible. Las cosas sensibles imitan o participan de las Ideas. Las Ideas otorgan a las cosas su ser, su esencia, y la posibilidad de que podamos conocerlas. Las Ideas también representan al concepto universal que se refiere a una pluralidad de objetos de la misma especie y que permiten pensar el mundo mediante conceptos, no siendo sólo objetos del pensamiento, sino que también son realidades abstractas e inmateriales, eternas, con realidad trascendente, al margen de que la mente las conciba o no, con realidad objetiva en el mundo inteligible.
Las Formas-Ideas aparecen estructuradas en un sistema jerárquico según su importancia: Ideas de realidades corpóreas (“caballo en sí”, “hombre”), ideas de entes y conceptos matemáticos (“circularidad”, “igualdad”), ideas de los valores morales y estéticos, (“justicia”, “valentía”, “belleza”), y en la cúspide de la pirámide la Idea de Bien. La idea de Bien es la idea suprema, el principio último de la realidad gracias a la cual existen todas las demás realidades (Ideas y seres sensibles-copias de las Ideas-) y es el fundamento del conocimiento, pues ilumina y hace inteligibles a todas las demás Ideas (el que conoce la Idea de Bien sabe por qué las virtudes son buenas, valiosas) y, por ende, al mundo sensible, copia del inteligible.
Desde un punto de vista epistemológico la teoría de las ideas lleva a Platón a concebir el conocimiento desde un dualismo según el cual hay dos modos (grados) de conocimiento, según el grado de realidad del objeto a conocer:
1. Conocimiento sensible u OPINIÓN (Doxa), que es el conocimiento del mundo sensible, el ámbito de lo cambiante y plural, se lleva a cabo por los sentidos y no constituye un verdadero conocimiento sino inseguro y variable. (Es el interior de la caverna).
2. Conocimiento intelectual, inteligible, o CIENCIA (Episteme), que tiene por objeto a las Ideas (mundo inteligible) y da lugar a un conocimiento verdadero, universal y necesario, llevándose a cabo por la razón y el entendimiento. (Es el exterior de la caverna). Platón defiende una postura racionalista: el conocimiento intelectual - racional, es el verdadero conocimiento.
En cada modo de conocimiento Platón distingue dos grados.
- En el nivel de la opinión o conocimiento sensible están:
a) CONJETURA (Eikasía, imaginación) que es el conocimiento de sombras e imágenes sensibles de las cosas, presuposiciones o prejuicios, es un conocimiento impreciso y confuso producido por la imaginación y los sentidos, (son las sombras vistas por los prisioneros en la caverna).
b) CREENCIA (Pístis) que es el conocimiento sensorial de las cosas naturales y objetos artificiales cambiantes y múltiples, (son las figuras que el liberado ve cuando intenta salir de la caverna, lo que hoy llamamos ciencias empíricas).
- En el nivel de la ciencia o conocimiento inteligible están:
a) PENSAMIENTO DISCURSIVO (Dianoia) que es el conocimiento de los entes matemáticos, es decir, los números y las figuras geométricas; entes que, aunque son inteligibles, son múltiples (el triángulo equilátero, escaleno e isósceles) a diferencia de la idea de triángulo (es decir, la triangularidad en sí). Es un conocimiento que parte de suposiciones o hipótesis para llegar a una conclusión y se apoya en elementos materiales a los que toma como imágenes. (Mito de la caverna: lo que conoce el prisionero fuera de la caverna a través de reflejos en el agua o en la noche.)
b) INTELIGENCIA (Noesis, razón intuitiva o dialéctica) que es el conocimiento, sin apoyatura sensible, de las formas-ideas (esencias), mostrando la relación jerárquica que se establece entre las ideas y que culmina en el conocimiento de la idea de Bien, responsable de la esencia de las demás y también de que puedan ser conocidas racionalmente. Es la dialéctica o filosofía, la ciencia suprema propia del filósofo. (Mito de la caverna: lo que conoce el prisionero fuera de la caverna cuando sale el sol, las cosas en sí, iluminadas por el sol)
Pero si el hombre está inserto en el mundo sensible e ignora el mundo inteligible, ¿cómo puede llegar a conocer las ideas? Platón lo explica mediante la teoría de la reminiscencia o anamnesis (recuerdo), utilizado en el diálogo de transición Menón y en el diálogo de madurez Fedón ,  y la dialéctica, que aparece en el diálogo República. La razón (alma) procede del mundo de las Ideas y conoce las Ideas, aunque las haya olvidado al caer al mundo sensible, pero las recuerda cuando observa las cosas que son sus copias, ascendiendo (proceso dialéctico) desde el conocimiento de las realidades sensibles hasta el conocimiento de las Ideas y del Bien (síntesis). El descenso desde la universalidad de las Ideas hasta el mundo sensible es el análisis.
El motor de esta dialéctica es el amor o Eros, un deseo del alma de contemplar las Ideas y alcanzar el Bien (la verdad), regresando a su origen después de la muerte.
Este proceso de conocimiento que lleva a la sabiduría es un proceso de educación; proceso o plan educativo que estará en consonancia con las capacidades naturales de cada uno y que condicionará las tareas sociales que se deberán desempeñar.
Este dualismo ontológico y epistemológico se refleja en el nivel antropológico. Platón concibe al ser humano como un compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo es material, corruptible y responsable del mal y de la ignorancia. Lo que otorga nuestra esencia humana es el alma; es el principio vital que anima al cuerpo y sede de la actividad intelectual. Mientras el alma está unida al cuerpo, nuestro cometido es la purificación, es decir, substraer el alma a los efectos negativos del cuerpo, sometiéndolo y no claudicando ante sus exigencias. El alma es afín a las Ideas, por tanto inmortal y la que permite su conocimiento. Platón es partidario de la metempsicosis. El alma está dividida en tres partes o posee tres funciones: alma racional, situada en la cabeza, es la encargada del conocimiento y es inmortal; alma irascible o ánimo, situada en el pecho, es la responsable de los afectos nobles como el valor o la fogosidad; alma concupiscible o apetito, localizada en el vientre, sus funciones son las funciones fisiológicas primarias (alimentación, reproducción, conservación…).
La virtud o areté significa la excelencia en el desempeño de una función. Cada parte del alma alcanza su virtud propia ejerciendo con excelencia su propia función. Así, la prudencia es la virtud del alma racional, la fortaleza del alma irascible y la templanza la virtud del alma concupiscible. Cuando cada parte del alma ejerce bien su función, se produce una virtud general que es la justicia o armonía (actualmente podríamos llamarlo “bienestar o salud mental”).
Estas virtudes éticas tienen su correlato en el ámbito político. El sistema filosófico platónico gravita en torno al deseo de regeneración social o cómo es posible un Estado justo. En el diálogo República encontramos el modelo platónico de sociedad. El modelo justo de Estado que presenta Platón o “ciudad feliz” es una sociedad estructurada en tres clases sociales, al guiarse Platón por dos principios que vertebran la formación de la ciudad: el principio de especialización funcional y la correlación estructural alma-Estado:
- Los productores (en los que sobresale el alma apetitiva): se dedican a producir bienes materiales para cubrir las necesidades de subsistencia de la comunidad. Su virtud es la templanza o moderación.
- Los guardianes auxiliares o guerreros (en los que sobresale el alma irascible): su función es defender la ciudad, mantener el orden, conquistar nuevos territorios, etc. Valentía o fortaleza como virtud.
- Los magistrados y gobernantes (en los que sobresale el alma racional): su función es ordenar y gobernar en la Polis para que haya justicia. Su virtud es la sabiduría o prudencia. Se trata de los sabios.
La justicia social para Platón está en que cada individuo y cada grupo social cumplan con las tareas que le son propias y para las que han sido preparados. La confusión de tareas lleva al desorden y la injusticia.
En República Platón defiende una aristocracia intelectual (el gobierno de los sabios), mostrándose aquí la influencia socrática con esta tesis intelectualista: indispensable el conocimiento del Bien para obrar y gobernar adecuadamente. Por tanto, los otros sistemas políticos -timocracia, oligarquía, democracia y tiranía- son enfermedades del Estado (producidas cuando cada clase no cumple con su función). Para evitar la degeneración del Estado, Platón diseña una forma de vida -eliminación de la familia y de la propiedad privada- para las clases superiores y un sistema educativo que permitirá la selección social: mediante la educación cada persona, de acuerdo a sus capacidades naturales, recibe la formación necesaria para las tareas que va a desempeñar.
En obras posteriores Platón modifica algo sus teorías expuestas en República. En Las Leyes propone un gobierno mixto entre monarquía y democracia, una aristocracia moderada, aunque mantiene el papel importante que los sabios deben tener en la elaboración de las leyes.

ESTRUCTURA DEL MITO DE LA CAVERNA.
El mito ilustra el proceso educativo: el paso de la ignorancia al conocimiento, mostrándose los niveles de realidad y los grados de conocimiento correspondientes. El objetivo principal: determinar en qué consiste la Idea de Bien y qué implica su conocimiento.
Desde el inicio hasta la intervención 14 "Es de toda necesidad": Primera parte: descripción del interior de la caverna, alegoría del ámbito sensible, y la situación de los prisioneros, que simboliza el estado de ignorancia del hombre: es el nivel de la eikasía o conjetura, donde se toma por real la copia de la copia, las "imágenes" según el símil de la línea, los prejuicios o creencias infundadas que dotamos de valor por la fuerza de la costumbre. 
Desde la intervención 15, "Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas..." hasta la 18, "Así es": Segunda parte: comienza el proceso educativo, el proceso de conocimiento. Se simboliza el nivel de la pistis o creencia, en la que se comprenden los dos niveles de realidad dentro del ámbito sensible y la relación de copia-modelo. En la intervención "-Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma..." se simboliza el sol como condición de posibilidad de la percepción (como en la alegoría del sol, vástago del Bien). Este proceso educativo, que es una conversión, un cambio en el método, en la manera de conocer, es un proceso arduo, de resistencia ante la fuerza de la costumbre.
Desde la intervención 19, "Y si a la fuerza se lo arrastrara..." hasta la 26, "Es evidente que, después de todo esto, arribaría...": Tercera parte: el exterior de la caverna simboliza el mundo inteligible y su conocimiento correspondiente, la ciencia o episteme, dividida en sus dos procesos: la dianoia ("las sombras y figuras de hombres y reflejos...") y el proceso de ascenso dialéctico hasta el conocimiento de la Idea de Bien, causa de la realidad y del conocimiento.
Desde la intervención 27, "Y si se acordara de su primera morada..." hasta la 30, "Así creo también yo, que padecería...": Cuarta parte: se identifica conocimiento con felicidad, ignorancia con infelicidad, resonando el intelectualismo moral socrático: saber-virtud-felicidad. La observación, la relación causal (repetición observada en la contigüidad de sucesos) y la predicción, técnicas propias de las ciencias experimentales, sin conocer su fundamentación, son ignorancia, opinión (el saber propio del interior de la caverna). El filósofo, que conoce la Idea de Bien, conoce el fundamento de la ciencia experimental. El prestigio por poseer la falsa ciencia, la opinión, puede hacer alusión a los sofistas.
Desde la intervención 31, "Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente..." hasta la 34, "Seguramente": Quinta parte: el descenso al interior de la caverna simboliza: a) la fase de análisis de la dialéctica, el paso de la unidad a la multiplicidad, comprendiendo la organización jerárquica de la realidad. b) la fase política: el filósofo-rey que pretende la felicidad de todos: mediante la educación conocemos la auténtica realidad, escapando del relativismo cognoscitivo y moral.
Desde la intervención 35, "Pues bien, querido Glaucón, debemos..." hasta el final: Sexta parte: explicación del mito:
-interior de la caverna: simboliza el mundo sensible con el sol como causa ontológica y gnoseológica, copia del mundo inteligible.
-ascenso: simboliza el proceso educativo: conocer la dependencia del mundo sensible con respecto al mundo inteligible y en lo que consiste el mundo inteligible.
-en qué consiste la Idea de Bien:
  • final del proceso de conocimiento.
  • fundamento de la moral: hace buenas, valiosas, a las virtudes (es su justificación).
  • causa ontológica y gnoseológica.
  • es necesario su conocimiento en la ética y en la política, apareciendo el intelectualismo: indispensable el conocimiento del Bien para practicarlo en el ámbito privado y en el público, labor del filósofo-rey.

COMPARACIÓN PLATÓN-NIETZSCHE:

En cuanto a la realidad:
Platón considera el mundo como un cosmos y cree en la racionalidad intrínseca de la realidad, una realidad que puede ser conocida verdaderamente, con un conocimiento universal y necesario. Para Nietzsche el mundo es caótico e irracional: orden y racionalidad son creencias infundadas que nos otorgan seguridad (valorar en contra de la vida).
Platón posee una visión dualista del mundo: por un lado lo realmente real o mundo inteligible, inmutable, compuesto por las esencias comunes a las cosas (las Ideas), esencias únicas en sí mismas, organizado jerárquicamente y arquetipo del mundo sensible; por otro la apariencia de realidad o mundo sensible, cambiante, plural, material y copia del anterior del que toma su ser (es porque imita a aquél). La visión de la realidad de Nietzsche es monista: sólo hay un mundo, el mundo sensible, aparente, plural, cambiante, contradictorio.
Platón dota de primacía a la realidad trascendente, estática, única: Mundo de las Ideas. Nietzsche rechaza frontalmente la división entre mundo verdadero/mundo aparente. La primacía de lo trascendente surge, según Nietzsche, como modo de valorar decadente.
La Teoría de las Ideas platónica se sustenta en nociones metafísicas: idea, alma…Las Ideas vienen a ser los conceptos pero además con realidad extramental. Para Nietzsche los conceptos metafísicos (“los conceptos supremos”) son puras ficciones: surgen de un desprecio al valor de los sentidos y por una sobreestimación de la razón.
En cuanto al conocimiento:
Para Platón la realidad puede representarse correctamente mediante conceptos. En el concepto aparece la esencia de la cosa, la auténtica realidad. Nietzsche critica la validez de los conceptos para expresar la realidad. Las características de la vida son las contrarias a las que representa el concepto.
La episteme o ciencia platónica, verdadero conocimiento de la realidad, universal y necesario, es fruto de la razón, no de los sentidos, que aportan doxa. Para Nietzsche la razón no es mejor que otros medios (imaginación, sentimientos, instintos…) para alcanzar un conocimiento de la realidad. El mejor recurso para captar lo real es la intuición sensible. Los conceptos pueden ser utilizados en cuanto se les devuelva su sentido metafórico.
Para Platón existe una sola verdad y se puede conocer, esta verdad es la del filósofo que, tras pasar por los diferentes grados del conocimiento –conjetura, creencia, pensamiento discursivo y dialética- alcanza la Idea de Bien, principio real y cognoscible que dota de realidad y conocimiento a todos los seres, y determina en qué sentido las virtudes éticas-políticas son buenas. Nietzsche rechaza el concepto de verdad universal: no hay datos puros, sino perspectivas, es decir, múltiples formas de valorar. El perspectivismo nietzscheano parece ser una forma de relativismo y subjetivismo.
Platón valora la matemática, la dianoia, en el proceso de ascenso educativo. Nietzsche la critica, como queda reflejado en la justificación.
Platón utiliza el método dialógico socrático, entendiendo que en la definición del concepto aparece la esencia de la cosa, la auténtica realidad. El lenguaje es vehículo de la realidad, de la única realidad. Nietzsche sustituye el lenguaje del concepto por el lenguaje de la imaginación, del arte, que respeta la pluriformidad y cambio de la realidad.
En cuanto a la ética:
Para Platón los valores morales son objetivos -situados en el mundo eterno e inmutable de las Ideas- y universales, objeto de conocimiento para actuar adecuadamente en lo público y en lo privado, siguiendo el intelectualismo moral socrático y en contra del relativismo sofista. Nietzsche critica el dogmatismo moral platónico y niega la universalidad de los valores morales: los valores morales no tienen una existencia objetiva, existen porque nosotros los hemos creado, fruto de la voluntad de poder, cambiándose conforme cambie el modo de valorar (no son universales). La moral platónica es antinatural: una moral del resentimiento contra los instintos y el mundo biológico y físico.
Coinciden:
En la defensa del sentido aristocrático de la existencia: el filósofo-rey de platón, la “moral de señores” de Nietzsche.
En el uso del mito y la metáfora no sólo como recurso didáctico, sino como modo de expresión de la realidad.

ACTUALIDAD:
Un tema general que aparece en el mito de la caverna es la educación, especialmente la de los futuros gobernantes del Estado. La preocupación platónica por este tema acerca su filosofía a nuestra época: la cuestión de qué papel debe desempeñar el sistema educativo, qué contenidos deben enseñarse, cómo ha de ser la metodología, su gratuidad, su obligatoriedad...son temas en continuo debate. La sucesión de leyes sobre la educación en España en un periodo muy breve, la aprobación de la nueva ley de educación LOMCE, contestada por una parte de la ciudadanía y criticada por varios partidos políticos al considerarla una ley no consensuada,  prueban la preocupación y la importancia que nuestra sociedad concede a la educación. Esta importancia, quizás,  se deba a la asunción de una idea socrático-platónica: la educación es el principal medio de mejora del hombre. Nuestra sociedad reconoce que las situaciones de desescolarización son el origen de la marginalidad (donde "la pescadilla se muerde la cola") y de gran parte de la criminalidad. En otro sentido, también ahora, como Platón, entendemos el sistema educativo como medio de selección profesional-social.
El dualismo ontológico platónico aparece en las nuevas tecnologías, capaces de crear una realidad "virtual" paralela a la auténtica realidad, con capacidad de suplantarla (por ejemplo con las nuevas "redes sociales"). La división apariencia/realidad también se muestra en la sociedad consumista, donde se convence al otro de la "necesidad" que tiene de determinado producto, convirtiéndola en real lo que quizás no sea más que un deseo creado con un objetivo de mercado. Esta dualidad apariencia/realidad nos lleva también a practicar la sospecha: quizás la cosa no sea como parece; la sospecha ante la información que presenten los medios de comunicación, la sospecha ante el planteamiento de la realidad y sus logros que presente el gobierno de turno...

Otro rasgo de actualidad: Siempre que alguien sostenga que la solución de nuestros problemas está en que deberíamos ser gobernados por aquellos que realmente saben qué es lo mejor, está defendiendo la esencia de la teoría de Platón. Para Platón se resuelven todos los males si quienes gobiernan son los filósofos instruidos en el conocimiento del Bien pero ¿qué ocurre si surgieran discrepancias entre los filósofos gobernantes? ¿Existe algún método para resolver esas discrepancias? Platón parece no planteárselo. ¿Hay garantía de que algún proceso de educación, por bien diseñado y ejecutado que sea, pueda producir hombres absolutamente perfectos? Platón no piensa en la posibilidad de abuso de poder por el filósofo. Es curioso que para solventar problemas de abuso de poder proponga a individuos que ostentan el poder sin ningún sistema de control. Platón descarta la democracia, pero la idea básica de las modernas democracias parlamentarias, a saber, que un gobierno se someta a reelección en un cierto periodo fijo de tiempo, proporciona una especie de mecanismo de seguridad para destituir, de forma pacífica, a los gobernantes que abusen de su poder. Por otro lado existen elementos positivos en la crítica platónica a la democracia y que son actuales: el recurso de los políticos a la demagogia y sobre todo la necesidad de vincular la ética a la política, máxime cuando observamos el descrédito en el que está inmersa nuestra clase política en la actualidad (corrupción, financiación ilegal de los partidos, incumplimiento de programas políticos y la sensación entre la ciudadanía de que la política no se ocupa de sus problemas reales...).

Popper considera la utopía de La República platónica la representación ideal de un Estado totalitario: la división estricta de clases sociales, la identificación del destino del Estado con la clase gobernante que tiene el monopolio de los valores, del derecho, de la educación y la autosuficiencia del Estado. La justicia tal y como la entiende Platón, que cada clase cumpla con su función, es, según Popper, la exigencia de un gobierno de tipo totalitario. Así, la teoría política de Platón es una tentativa para frenar las tendencias igualitarias, individualistas, e implantar la teoría moral totalitaria con la justificación del mantenimiento de la estabilidad del Estado (sacrificar los derechos y felicidad del individuo en aras de la felicidad y las exigencias del Estado). Frente a la utopía platónica, que sucumbe al totalitarismo y elimina la libertad individual en favor de la justicia (de la estabilidad), Popper defiende la "sociedad abierta", la sociedad democrática, cuyo valor fundamental es la libertad.
Otro tema más: Platón supone que existe una cosa tal como la verdad acerca de cómo deben vivir los hombres. Platón parece no dar argumentos directos en favor de que hay normas objetivas en moral y política, en todo caso que debiera haberlas si queremos salvarnos del desconcierto al que nos conduciría el relativismo moral. Pero nosotros actualmente entendemos que existen estos valores y normas objetivas, universales: los Derechos Humanos. Otra cosa es la búsqueda, actualmente, de la fundamentación de su universalidad. Siguiendo en cierto modo a José Antonio Marina en El vuelo de la inteligencia, los Derechos Humanos están basados en el concepto de dignidad, concepto surgido de mi generosidad, de la generosidad de todos, que la dota de validez universal. Otro posible fundamento de la universalidad de los valores reflejados en los Derechos Humanos puede provenir de las éticas dialógicas de Apel y Habermas; su universalidad es fruto del consenso en el discurso, pero en una situación ideal en la que todos los participantes hablen y se escuchen en igualdad de condiciones. O los dos principios de justicia que, según Rawls, tras un “velo de ignorancia” elegiríamos todos, haciéndolos así universales (igualdad y discriminación positiva). 


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