Contexto cultural y filosófico:
El texto que estamos comentando pertenece al diálogo República, quizás la obra más
importante de Platón, autor griego (Atenas) que vivió en los siglos V – IV a.C.
(427-347 a.C.), en el que todos los
temas se articulan en torno al proyecto de una comunidad justa que
pueda educar ciudadanos justos y, por tanto, felices.
Tras las Guerras Médicas
de griegos contra persas (500-479 a. C.) Atenas alcanza el gran esplendor
económico y político. A raíz de lo anterior, a mediados del siglo V a.C,
también se convirtió en foco cultural. Un aspecto importante a destacar es el
desarrollo de la democracia en Atenas que alcanza su apogeo en la época de
Pericles (495-429 a. C.). No obstante, la vida de Platón
coincide con el declive de esta democracia: en la guerra del Peloponeso (431 –
404 a.C.) se enfrentan la democrática Atenas y la aristocrática Esparta,
imponiendo ésta la dictadura de los Treinta Tiranos en Atenas (404 a.C.), a la
que sucedió la restauración de la democracia en el 403 a.C ; una democracia en
la que a falta de líderes que consigan el consenso, la habilidad retórica
marcará la toma de decisiones. Platón rechaza la tiranía por sus métodos
sectarios y violentos. Rechaza la democracia por considerar que en ella valen
lo mismo la ignorancia que la sabiduría, igualando a los ciudadanos. También
porque en la democracia se produce la condena a muerte de Sócrates (399 a.C.), que
iba a marcar la vida y obra de Platón.
En la época de Pericles
(sV a.c) Atenas se convirtió en un foco cultural, destacando las tragedias de
Esquilo, Sófocles y Eurípides y la comedia de Aristófanes (en Las nubes presenta a Sócrates como un sofista más, diferente al que nos presenta Platón) ; en la arquitectura,
escultura y pintura destaca Fidias y en escultura Policleto, Mirón, Praxíteles.
Tucídides y Heródoto sientan las bases de lo que serán en el futuro los
estudios históricos.
Platón realizó viajes por Megara, Tarento y Siracusa,
conociendo diferentes escuelas filosóficas e incluso intentó influir en la
política de los reyes de Siracusa. Fundó la Academia en Atenas en el año 387
a.C., siendo uno de sus objetivos la educación de los futuros gobernantes de
Atenas.
Centrándonos en el contexto filosófico señalamos que desde
el siglo VI se desarrolla la filosofía como una forma de pensamiento que,
alejándose de la mitología, intenta explicar las cosas desde la razón (logos),
buscando su esencia común y permanente. Los primeros filósofos, llamados
presocráticos, se ocupan principalmente del estudio de la naturaleza,
averiguando el arjé, es decir, el principio o principios a partir de los cuales
surge el universo (origen y causa) y en lo que consiste (sustrato). En el siglo
V a.C. la investigación racional cambia de orientación, es el llamado giro
antropológico de la filosofía, pasando las cuestiones sociales, morales y
políticas a un primer plano, siendo la causa de esto el desarrollo de la
democracia que supone nuevas necesidades educativas para los ciudadanos.Esta
necesidad educativa la resolverán los sofistas, profesores que a cambio de una
retribución económica enseñaban conocimientos
generales acerca de física, geometría, leyes, música… y sobre todo el dominio
del lenguaje para persuadir a los demás (oratoria –el arte de hablar con
persuasión-, retórica –el arte de construir buenos discursos- y erística –la técnica de discutir
para vencer al contrincante,
diferente, como veremos, al diálogo socrático, que pretende la conciliación
para buscar la verdad.). Es decir, enseñaban la virtud: vida exitosa que
conduce a la felicidad. A este
cambio en la reflexión filosófica pertenecen las disputas entre el relativismo
sofista y el antirrelativismo socrático. En este contexto filosófico se
desarrolla la filosofía de Platón abordando distintos problemas:
- El problema del ser y el devenir, donde intenta superar
la contraposición entre las teorías de Parménides (para el que el ser es único
e inmutable) y Heráclito (con el que comparte que la realidad física se
encuentra en continuo devenir) mediante la teoría de las ideas -el mundo
sensible cambiante es real en cuanto que participa o imita al mundo inteligible
inmutable, auténtica realidad-.
- El problema del conocimiento, donde Platón rechaza el
relativismo y escepticismo de los sofistas, defendiendo que es posible un
conocimiento verdadero de la realidad mediante las ideas únicas y universales,
tomando de Parménides la distinción entre verdad y la opinión.
- El problema de la moral y la justicia en la polis, donde
Platón rechaza el sistema democrático, el relativismo moral defendido por los
sofistas y desarrolla sus teorías políticas expuestas en República.
Otras influencias en Platón proceden de los Pitagóricos (la
importancia de las matemáticas y la transmigración del alma), de Anaxágoras
(inteligencia ordenadora como precedente del Demiurgo), de los atomistas
(materia caótica), aunque la mayor influencia procede de Sócrates: el método
del diálogo o dialéctica, el conceptualismo o búsqueda de las definiciones
esenciales que en Platón se convertirán en las Ideas y el intelectualismo moral
que Platón acepta y además aplica a la política (gobierno de los sabios).
El núcleo principal de su obra es la Teoría de las Ideas,
desde la que se va a ocupar de la realidad, el conocimiento, el ser humano, la
ética y la política.
Entre sus obras destacamos la Apología de Sócrates y Protágoras de su juventud; Fedón y República de su época de madurez; y Timeo y las Las Leyes, de su época de
vejez. Sus obras están escritas en forma de diálogo donde rivalizan Sócrates
(el sabio) y algunos sofistas (alumnos - falsos sabios), y mediante la
mayéutica y la dialéctica se descubre la verdad. A veces, Platón utiliza el
mito y la alegoría para ilustrar sus ideas y teorías.
Para terminar hay que decir que Platón tiene una enorme
influencia en toda la cultura occidental, en el cristianismo, en la filosofía
racionalista – idealista, en las utopías renacentistas…
JUSTIFICACIÓN:
Platón considera que la ciencia (conocimiento universal y
necesario), la ética y la política requieren de la existencia de algo
verdadero, algo que no esté permanentemente cambiando. Sócrates le había
enseñado que las cosas concretas sometidas a variación tienen una esencia
universal, invariable y común a todos los entes de la misma especie, la cual
expresa su auténtica realidad y su verdadero ser, esencia que aparece en la
definición. Para Platón esas esencias no son inmanentes a las cosas como en
Sócrates, sino que adquieren una realidad trascendente, al margen de las cosas,
en el mundo inteligible. Así es como Platón desarrolla la teoría de las ideas.
Desde un punto de vista ontológico, la teoría de la ideas
lleva a Platón a concebir la realidad desde un dualismo que distingue
dos mundos:
a) MUNDO SENSIBLE: realidad captada por los sentidos
(Apariencia): cosas múltiples, cambiantes y materiales. A él pertencen los
objetos físicos y lás imágenes de esos objetos físicos (sombras y reflejos)
b) MUNDO INTELIGIBLE: realidad captada por la razón
(Verdadera Realidad, lo realmente real). Las Ideas son únicas en sí, eternas,
inmutables e inmateriales. Las ideas son los modelos o arquetipos a partir de
los cuales un Demiurgo (el “artesano”, imagen mítica utilizada por Platón en el Timeo para explicar la capacidad agente de
las Ideas -existen tres principios de la realidad: las Ideas inmutables, el
“lugar” o materia desordenada, indiferenciada, que necesita recibir la
estructura y el demiurgo que permite la acomodación de la materia con las
Ideas-) construye el mundo sensible. Las cosas sensibles imitan o participan de
las Ideas. Las Ideas otorgan a las cosas su ser, su esencia, y la posibilidad
de que podamos conocerlas. Las Ideas también representan al concepto universal
que se refiere a una pluralidad de objetos de la misma especie y que permiten
pensar el mundo mediante conceptos, no siendo sólo objetos del pensamiento,
sino que también son realidades abstractas e inmateriales, eternas, con realidad
trascendente, al margen de que la mente las conciba o no, con realidad objetiva
en el mundo inteligible.
Las Formas-Ideas aparecen estructuradas en un sistema
jerárquico según su importancia: Ideas de realidades corpóreas (“caballo en
sí”, “hombre”), ideas de entes y conceptos matemáticos (“circularidad”,
“igualdad”), ideas de los valores morales y estéticos, (“justicia”, “valentía”,
“belleza”), y en la cúspide de la pirámide la Idea de Bien. La idea de Bien es
la idea suprema, el principio último de la realidad gracias a la cual existen
todas las demás realidades (Ideas y seres sensibles-copias de las Ideas-) y es
el fundamento del conocimiento, pues ilumina y hace inteligibles a todas las
demás Ideas (el que conoce la Idea de Bien sabe por qué las virtudes son
buenas, valiosas) y, por ende, al mundo sensible, copia del inteligible.
Desde un punto de vista epistemológico la teoría de las
ideas lleva a Platón a concebir el
conocimiento desde un
dualismo según el cual hay dos modos (grados) de conocimiento, según el grado
de realidad del objeto a conocer:
1. Conocimiento sensible u OPINIÓN (Doxa), que es el
conocimiento del mundo sensible, el ámbito de lo cambiante y plural, se lleva a
cabo por los sentidos y no constituye un verdadero conocimiento sino inseguro y
variable. (Es el interior de la caverna).
2. Conocimiento intelectual, inteligible, o CIENCIA
(Episteme), que tiene por objeto a las Ideas (mundo inteligible) y da lugar a
un conocimiento verdadero, universal y necesario, llevándose a cabo por la
razón y el entendimiento. (Es el exterior de la caverna). Platón defiende una
postura racionalista: el conocimiento intelectual - racional, es el verdadero
conocimiento.
En cada modo de conocimiento Platón distingue dos grados.
- En el nivel de la opinión o conocimiento sensible están:
a) CONJETURA (Eikasía, imaginación) que es el conocimiento
de sombras e imágenes sensibles de las cosas, presuposiciones o prejuicios, es
un conocimiento impreciso y confuso producido por la imaginación y los
sentidos, (son las sombras vistas por los prisioneros en la caverna).
b) CREENCIA (Pístis) que es el conocimiento sensorial de
las cosas naturales y objetos artificiales cambiantes y múltiples, (son las
figuras que el liberado ve cuando intenta salir de la caverna, lo que hoy llamamos
ciencias empíricas).
- En el nivel de la ciencia o conocimiento inteligible
están:
a) PENSAMIENTO DISCURSIVO (Dianoia) que es el conocimiento
de los entes matemáticos, es decir, los números y las figuras geométricas;
entes que, aunque son inteligibles, son múltiples (el triángulo equilátero,
escaleno e isósceles) a diferencia de la idea de triángulo (es decir, la
triangularidad en sí). Es un conocimiento que parte de suposiciones o hipótesis
para llegar a una conclusión y se apoya en elementos materiales a los que toma
como imágenes. (Mito de la caverna: lo que conoce el prisionero fuera de la
caverna a través de reflejos en el agua o en la noche.)
b) INTELIGENCIA (Noesis, razón intuitiva o dialéctica) que
es el conocimiento, sin apoyatura sensible, de las formas-ideas (esencias),
mostrando la relación jerárquica que se establece entre las ideas y que culmina
en el conocimiento de la idea de Bien, responsable de la esencia de las demás y
también de que puedan ser conocidas racionalmente. Es la dialéctica o
filosofía, la ciencia suprema propia del filósofo. (Mito de la caverna: lo que
conoce el prisionero fuera de la caverna cuando sale el sol, las cosas en sí,
iluminadas por el sol)
Pero si el hombre está inserto en el mundo sensible e
ignora el mundo inteligible, ¿cómo puede llegar a conocer las ideas? Platón lo
explica mediante la teoría de la reminiscencia o anamnesis (recuerdo), utilizado en
el diálogo de transición Menón y en el diálogo de madurez Fedón , y la dialéctica, que aparece en el diálogo República. La razón (alma)
procede del mundo de las Ideas y conoce las Ideas, aunque las haya olvidado al
caer al mundo sensible, pero las recuerda cuando observa las cosas que son sus
copias, ascendiendo (proceso dialéctico) desde el conocimiento de las
realidades sensibles hasta el conocimiento de las Ideas y del Bien (síntesis).
El descenso desde la universalidad de las Ideas hasta el mundo sensible es el
análisis.
El motor de esta dialéctica es el amor o Eros, un deseo del
alma de contemplar las Ideas y alcanzar el Bien (la verdad), regresando a su
origen después de la muerte.
Este proceso de conocimiento que lleva a la sabiduría es un
proceso de educación; proceso o plan educativo que estará en consonancia con
las capacidades naturales de cada uno y que condicionará las tareas sociales
que se deberán desempeñar.
Este dualismo ontológico y epistemológico se refleja en el
nivel antropológico. Platón concibe al ser humano como un compuesto de cuerpo y
alma. El cuerpo es material, corruptible y responsable del mal y de la
ignorancia. Lo que otorga nuestra esencia humana es el alma; es el principio
vital que anima al cuerpo y sede de la actividad intelectual. Mientras el alma
está unida al cuerpo, nuestro cometido es la purificación, es decir, substraer
el alma a los efectos negativos del cuerpo, sometiéndolo y no claudicando ante
sus exigencias. El alma es afín a las Ideas, por tanto inmortal y la que
permite su conocimiento. Platón es partidario de la metempsicosis. El alma está
dividida en tres partes o posee tres funciones: alma racional, situada en la
cabeza, es la encargada del conocimiento y es inmortal; alma irascible o ánimo,
situada en el pecho, es la responsable de los afectos nobles como el valor o la
fogosidad; alma concupiscible o apetito, localizada en el vientre, sus
funciones son las funciones fisiológicas primarias (alimentación, reproducción,
conservación…).
La virtud o areté significa la excelencia en el desempeño
de una función. Cada parte del alma alcanza su virtud propia ejerciendo con
excelencia su propia función. Así, la prudencia es la virtud del alma racional,
la fortaleza del alma irascible y la templanza la virtud del alma
concupiscible. Cuando cada parte del alma ejerce bien su función, se produce
una virtud general que es la justicia o armonía (actualmente podríamos llamarlo
“bienestar o salud mental”).
Estas virtudes éticas tienen su correlato en el ámbito
político. El sistema filosófico platónico gravita en torno al deseo de
regeneración social o cómo es posible un Estado justo. En el diálogo República encontramos el modelo platónico de
sociedad. El modelo justo de Estado que presenta Platón o “ciudad feliz” es una
sociedad estructurada en tres clases sociales, al guiarse Platón por dos
principios que vertebran la formación de la ciudad: el principio de
especialización funcional y la correlación estructural alma-Estado:
- Los productores (en los que sobresale el alma apetitiva):
se dedican a producir bienes materiales para cubrir las necesidades de
subsistencia de la comunidad. Su virtud es la templanza o moderación.
- Los guardianes auxiliares o guerreros (en los que
sobresale el alma irascible): su función es defender la ciudad, mantener el
orden, conquistar nuevos territorios, etc. Valentía o fortaleza como virtud.
- Los magistrados y gobernantes (en los que sobresale el
alma racional): su función es ordenar y gobernar en la Polis para que haya
justicia. Su virtud es la sabiduría o prudencia. Se trata de los sabios.
La justicia social para Platón está en que cada individuo y
cada grupo social cumplan con las tareas que le son propias y para las que han
sido preparados. La confusión de tareas lleva al desorden y la injusticia.
En República Platón defiende una aristocracia
intelectual (el gobierno de los sabios), mostrándose aquí la influencia
socrática con esta tesis intelectualista: indispensable el conocimiento del
Bien para obrar y gobernar adecuadamente. Por tanto, los otros sistemas
políticos -timocracia, oligarquía, democracia y tiranía- son enfermedades del
Estado (producidas cuando cada clase no cumple con su función). Para evitar la
degeneración del Estado, Platón diseña una forma de vida -eliminación de la
familia y de la propiedad privada- para las clases superiores y un sistema
educativo que permitirá la selección social: mediante la educación cada
persona, de acuerdo a sus capacidades naturales, recibe la formación necesaria
para las tareas que va a desempeñar.
En obras posteriores Platón modifica algo sus teorías
expuestas en República. En Las Leyes propone un gobierno mixto entre
monarquía y democracia, una aristocracia moderada, aunque mantiene el papel
importante que los sabios deben tener en la elaboración de las leyes.
ESTRUCTURA DEL MITO DE LA CAVERNA.
El mito ilustra el proceso educativo: el paso de la ignorancia al
conocimiento, mostrándose los niveles de realidad y los grados de conocimiento
correspondientes. El objetivo principal: determinar en qué consiste la Idea de
Bien y qué implica su conocimiento.
Desde el inicio hasta la intervención 14 "Es de toda necesidad":
Primera parte: descripción del interior de la caverna, alegoría del ámbito
sensible, y la situación de los prisioneros, que simboliza el estado de
ignorancia del hombre: es el nivel de la eikasía o conjetura, donde se toma por
real la copia de la copia, las "imágenes" según el símil de la línea,
los prejuicios o creencias infundadas que dotamos de valor por la fuerza de la
costumbre.
Desde la intervención 15, "Examina ahora el caso de una liberación de
sus cadenas..." hasta la 18, "Así es": Segunda parte: comienza
el proceso educativo, el proceso de conocimiento. Se simboliza el nivel de la
pistis o creencia, en la que se comprenden los dos niveles de realidad dentro
del ámbito sensible y la relación de copia-modelo. En la intervención "-Y
si se le forzara a mirar hacia la luz misma..." se simboliza el sol como
condición de posibilidad de la percepción (como en la alegoría del sol, vástago
del Bien). Este proceso educativo, que es una conversión, un cambio en el
método, en la manera de conocer, es un proceso arduo, de resistencia ante la
fuerza de la costumbre.
Desde la intervención 19, "Y si a la fuerza se lo arrastrara..."
hasta la 26, "Es evidente que, después de todo esto, arribaría...":
Tercera parte: el exterior de la caverna simboliza el mundo inteligible y su
conocimiento correspondiente, la ciencia o episteme, dividida en sus dos
procesos: la dianoia ("las sombras y figuras de hombres y
reflejos...") y el proceso de ascenso dialéctico hasta el conocimiento de
la Idea de Bien, causa de la realidad y del conocimiento.
Desde la intervención 27, "Y si se acordara de su primera
morada..." hasta la 30, "Así creo también yo, que padecería...":
Cuarta parte: se identifica conocimiento con felicidad, ignorancia con
infelicidad, resonando el intelectualismo moral socrático:
saber-virtud-felicidad. La observación, la relación causal (repetición
observada en la contigüidad de sucesos) y la predicción, técnicas propias de
las ciencias experimentales, sin conocer su fundamentación, son ignorancia,
opinión (el saber propio del interior de la caverna). El filósofo, que conoce
la Idea de Bien, conoce el fundamento de la ciencia experimental. El prestigio
por poseer la falsa ciencia, la opinión, puede hacer alusión a los sofistas.
Desde la intervención 31, "Piensa ahora esto: si descendiera
nuevamente..." hasta la 34, "Seguramente": Quinta parte: el
descenso al interior de la caverna simboliza: a) la fase de análisis de la
dialéctica, el paso de la unidad a la multiplicidad, comprendiendo la
organización jerárquica de la realidad. b) la fase política: el filósofo-rey
que pretende la felicidad de todos: mediante la educación conocemos la
auténtica realidad, escapando del relativismo cognoscitivo y moral.
Desde la intervención 35, "Pues bien, querido Glaucón,
debemos..." hasta el final: Sexta parte: explicación del mito:
-interior de la caverna: simboliza el mundo sensible con el sol como causa
ontológica y gnoseológica, copia del mundo inteligible.
-ascenso: simboliza el proceso educativo: conocer la dependencia del mundo
sensible con respecto al mundo inteligible y en lo que consiste el mundo
inteligible.
-en qué consiste la Idea de Bien:
- final
del proceso de conocimiento.
- fundamento
de la moral: hace buenas, valiosas, a las virtudes (es su justificación).
- causa
ontológica y gnoseológica.
- es
necesario su conocimiento en la ética y en la política, apareciendo el
intelectualismo: indispensable el conocimiento del Bien para practicarlo
en el ámbito privado y en el público, labor del filósofo-rey.
COMPARACIÓN PLATÓN-NIETZSCHE:
En cuanto a la realidad:
Platón considera el mundo como un cosmos y cree en la
racionalidad intrínseca de la realidad, una realidad que puede ser conocida
verdaderamente, con un conocimiento universal y necesario. Para Nietzsche el
mundo es caótico e irracional: orden y racionalidad son creencias infundadas
que nos otorgan seguridad (valorar en contra de la vida).
Platón posee una visión dualista del mundo: por un lado lo
realmente real o mundo inteligible, inmutable, compuesto por las esencias
comunes a las cosas (las Ideas), esencias únicas en sí mismas, organizado
jerárquicamente y arquetipo del mundo sensible; por otro la apariencia de
realidad o mundo sensible, cambiante, plural, material y copia del anterior del
que toma su ser (es porque imita a aquél). La visión de la realidad de
Nietzsche es monista: sólo hay un mundo, el mundo sensible, aparente, plural,
cambiante, contradictorio.
Platón dota de primacía a la realidad trascendente,
estática, única: Mundo de las Ideas. Nietzsche rechaza frontalmente la división
entre mundo verdadero/mundo aparente. La primacía de lo trascendente surge,
según Nietzsche, como modo de valorar decadente.
La Teoría de las Ideas platónica se sustenta en nociones
metafísicas: idea, alma…Las Ideas vienen a ser los conceptos pero además con
realidad extramental. Para Nietzsche los conceptos metafísicos (“los conceptos
supremos”) son puras ficciones: surgen de un desprecio al valor de los sentidos
y por una sobreestimación de la razón.
En cuanto al conocimiento:
Para Platón la realidad puede representarse correctamente
mediante conceptos. En el concepto aparece la esencia de la cosa, la auténtica
realidad. Nietzsche critica la validez de los conceptos para expresar la
realidad. Las características de la vida son las contrarias a las que
representa el concepto.
La episteme o ciencia platónica, verdadero conocimiento de
la realidad, universal y necesario, es fruto de la razón, no de los sentidos,
que aportan doxa. Para Nietzsche la razón no es mejor que otros medios
(imaginación, sentimientos, instintos…) para alcanzar un conocimiento de la
realidad. El mejor recurso para captar lo real es la intuición sensible. Los
conceptos pueden ser utilizados en cuanto se les devuelva su sentido
metafórico.
Para Platón existe una sola verdad y se puede conocer, esta
verdad es la del filósofo que, tras pasar por los diferentes grados del
conocimiento –conjetura, creencia, pensamiento discursivo y dialética- alcanza
la Idea de Bien, principio real y cognoscible que dota de realidad y
conocimiento a todos los seres, y determina en qué sentido las virtudes
éticas-políticas son buenas. Nietzsche rechaza el concepto de verdad universal:
no hay datos puros, sino perspectivas, es decir, múltiples formas de valorar.
El perspectivismo nietzscheano parece ser una forma de relativismo y
subjetivismo.
Platón valora la matemática, la dianoia, en el proceso de
ascenso educativo. Nietzsche la critica, como queda reflejado en la
justificación.
Platón utiliza el método dialógico socrático, entendiendo
que en la definición del concepto aparece la esencia de la cosa, la auténtica
realidad. El lenguaje es vehículo de la realidad, de la única realidad.
Nietzsche sustituye el lenguaje del concepto por el lenguaje de la imaginación,
del arte, que respeta la pluriformidad y cambio de la realidad.
En cuanto a la ética:
Para Platón los valores morales son objetivos -situados en
el mundo eterno e inmutable de las Ideas- y universales, objeto de conocimiento
para actuar adecuadamente en lo público y en lo privado, siguiendo el
intelectualismo moral socrático y en contra del relativismo sofista. Nietzsche
critica el dogmatismo moral platónico y niega la universalidad de los valores
morales: los valores morales no tienen una existencia objetiva, existen porque
nosotros los hemos creado, fruto de la voluntad de poder, cambiándose conforme
cambie el modo de valorar (no son universales). La moral platónica es
antinatural: una moral del resentimiento contra los instintos y el mundo
biológico y físico.
Coinciden:
En la defensa del sentido aristocrático de la existencia:
el filósofo-rey de platón, la “moral de señores” de Nietzsche.
En el uso del mito y la metáfora no sólo como recurso
didáctico, sino como modo de expresión de la realidad.
ACTUALIDAD:
Un tema general que aparece
en el mito de la caverna es la educación, especialmente la de los futuros
gobernantes del Estado. La preocupación platónica por este tema acerca su
filosofía a nuestra época: la cuestión de qué papel debe desempeñar el sistema
educativo, qué contenidos deben enseñarse, cómo ha de ser la metodología, su
gratuidad, su obligatoriedad...son temas en continuo debate. La sucesión de
leyes sobre la educación en España en un periodo muy breve, la aprobación de la
nueva ley de educación LOMCE, contestada por una parte de la ciudadanía y
criticada por varios partidos políticos al considerarla una ley no consensuada,
prueban la preocupación y la importancia que nuestra sociedad concede a
la educación. Esta importancia, quizás, se
deba a la asunción de una idea socrático-platónica: la educación es el
principal medio de mejora del hombre. Nuestra sociedad reconoce que las
situaciones de desescolarización son el origen de la marginalidad (donde
"la pescadilla se muerde la cola") y de gran parte de la
criminalidad. En otro sentido, también ahora, como Platón, entendemos el
sistema educativo como medio de selección profesional-social.
El dualismo ontológico platónico aparece en las nuevas
tecnologías, capaces de crear una realidad "virtual" paralela a la
auténtica realidad, con capacidad de suplantarla (por ejemplo con las nuevas
"redes sociales"). La división apariencia/realidad también se muestra
en la sociedad consumista, donde se convence al otro de la
"necesidad" que tiene de determinado producto, convirtiéndola en real
lo que quizás no sea más que un deseo creado con un objetivo de mercado. Esta
dualidad apariencia/realidad nos lleva también a practicar la sospecha: quizás
la cosa no sea como parece; la sospecha ante la información que presenten los
medios de comunicación, la sospecha ante el planteamiento de la realidad y sus
logros que presente el gobierno de turno...
Otro rasgo de actualidad: Siempre que alguien sostenga que la solución de nuestros problemas está en que deberíamos ser gobernados por aquellos que realmente saben qué es lo mejor, está defendiendo la esencia de la teoría de Platón. Para Platón se resuelven todos los males si quienes gobiernan son los filósofos instruidos en el conocimiento del Bien pero ¿qué ocurre si surgieran discrepancias entre los filósofos gobernantes? ¿Existe algún método para resolver esas discrepancias? Platón parece no planteárselo. ¿Hay garantía de que algún proceso de educación, por bien diseñado y ejecutado que sea, pueda producir hombres absolutamente perfectos? Platón no piensa en la posibilidad de abuso de poder por el filósofo. Es curioso que para solventar problemas de abuso de poder proponga a individuos que ostentan el poder sin ningún sistema de control. Platón descarta la democracia, pero la idea básica de las modernas democracias parlamentarias, a saber, que un gobierno se someta a reelección en un cierto periodo fijo de tiempo, proporciona una especie de mecanismo de seguridad para destituir, de forma pacífica, a los gobernantes que abusen de su poder. Por otro lado existen elementos positivos en la crítica platónica a la democracia y que son actuales: el recurso de los políticos a la demagogia y sobre todo la necesidad de vincular la ética a la política, máxime cuando observamos el descrédito en el que está inmersa nuestra clase política en la actualidad (corrupción, financiación ilegal de los partidos, incumplimiento de programas políticos y la sensación entre la ciudadanía de que la política no se ocupa de sus problemas reales...).
Popper considera la utopía de La República platónica la
representación ideal de un Estado totalitario: la división estricta de clases
sociales, la identificación del destino del Estado con la clase gobernante que
tiene el monopolio de los valores, del derecho, de la educación y la
autosuficiencia del Estado. La justicia tal y como la entiende Platón, que cada
clase cumpla con su función, es, según Popper, la exigencia de un gobierno de
tipo totalitario. Así, la teoría política de Platón es una tentativa para
frenar las tendencias igualitarias, individualistas, e implantar la teoría
moral totalitaria con la justificación del mantenimiento de la estabilidad del
Estado (sacrificar los derechos y felicidad del individuo en aras de la
felicidad y las exigencias del Estado). Frente a la utopía platónica, que sucumbe
al totalitarismo y elimina la libertad individual en favor de la justicia (de
la estabilidad), Popper defiende la "sociedad abierta", la sociedad
democrática, cuyo valor fundamental es la libertad.
Otro tema más: Platón supone que existe una cosa tal como
la verdad acerca de cómo deben vivir los hombres. Platón parece no dar
argumentos directos en favor de que hay normas objetivas en moral y política,
en todo caso que debiera haberlas si queremos salvarnos del desconcierto al que
nos conduciría el relativismo moral. Pero nosotros actualmente entendemos que
existen estos valores y normas objetivas, universales: los Derechos Humanos.
Otra cosa es la búsqueda, actualmente, de la fundamentación de su
universalidad. Siguiendo en cierto modo a José Antonio Marina en El vuelo de la
inteligencia, los Derechos
Humanos están basados en el concepto de dignidad, concepto surgido de mi
generosidad, de la generosidad de todos, que la dota de validez universal. Otro
posible fundamento de la universalidad de los valores reflejados en los
Derechos Humanos puede provenir de las éticas dialógicas de Apel y Habermas; su
universalidad es fruto del consenso en el discurso, pero en una situación ideal
en la que todos los participantes hablen y se escuchen en igualdad de
condiciones. O los dos principios de justicia que, según Rawls, tras un “velo
de ignorancia” elegiríamos todos, haciéndolos así universales (igualdad y
discriminación positiva).